viernes, 26 de diciembre de 2025

Lo más preciado que tengo



Te amo con la verdad que arde, 

con la llama que aún no aprende a pedir permiso. 

Siempre atesoraré lo que vivimos.

El primer beso que te dí en la mejilla venciendo mis miedos, 

y el primero que tú me diste en los labios venciendo los tuyos. 

La noche en la que me describiste las estrellas 

y la noche en la que te juré con la Luna de testigo 

recordarte hasta el último día de mi vida.

Las calles que recorrimos y que hicimos nuestras con nuestras risas, 

el mundo que hicimos nuestro y que iluminamos 

con el amor que irradiábamos a quién más lo necesitaba.

La escuela con sus gradas, sus pupitres, y sus pasillos 

que hicimos nuestra con nuestros propios aprendizajes.

Los parques, sus arboles, sus patos y su río

en los que nuestra inocencia se transformó. 

Mi cuerpo y tu cuerpo uniéndose con miedo de dejar de ser individuos, 

tus cicatrices y mis cicatrices chocando en un intento de curarse, 

tus miedos y mis miedos en un intento de entenderse.

Todo lo que tu amor sagrado hizo de mí, 

toda la bondad que despertaste en mí.

No quiero lastimarme ni lastimarte, 

todo lo que quiero es amarte como lo necesitas 

sin dejar de amarme, 

ser tuya en cuerpo y en alma 

sin perder mi voz en un eco que no me pertenece.  

Olvidarte es lo último que quiero hacer. 

Tu recuerdo es lo más preciado que tengo.

En el bosque de mi memoria 

siempre seguirás echando raíces y brotando flores.

jueves, 25 de diciembre de 2025

Confesión onírica en el desierto



Jugaba en la calle, como si el sol me devolviera la infancia, como si el mundo aún pudiera ser ligero.

Mi hermana me llamó al orden, me recordó que la calle es río de hierro, y que la inocencia puede ser herida por el tránsito de lo real.

El desierto nos recibió, con su motel de puertas frágiles, y yo agradecí que mi madre no supiera dónde estaba, porque a veces la libertad es también un secreto compartido.

Mientras caminaba sin coordenadas, buscando mi propio mapa, a lo lejos brillaba el mar, tan cerca y tan imposible. Mis pasos eran torpes, mordidos por la arena, y yo sentía que avanzar hacia la plenitud siempre cuesta más de lo que parece...pero el brillo era promesa de plenitud. 

Entonces vi la lucha: una iguana contra una serpiente.
La iguana era mi resistencia, mis uñas aferradas a lo conocido.
La serpiente era la sombra, oscura, inevitable, que me recordaba que no basta con defenderse, que hay que rendirse a lo profundo.

La noche cayó. El pasillo se abrió como un laberinto, y yo me escondí en un baño, buscando un rincón donde purificar el miedo. Afuera, la música era alegre y cruel, una voz que cantaba con fiesta y con amenaza. Yo temblaba, porque sabía que lo oscuro también se disfraza de júbilo. Mi miedo fue brújula ante la sombra externa, que también reclama su lugar.

Desperté con el eco de la serpiente en la sangre, con el mar aún brillando en la distancia.
Y entendí que mi sueño me habla:
que sigo siendo niña, que busco ser mujer,
que camino entre la sombra y la luz, y que mi destino es avanzar,
aunque la arena me pese, aunque la serpiente me reclame, hacia ese mar que me espera.


miércoles, 24 de diciembre de 2025

Proxémica


Te amo como se ama a las auroras boreales

celebrando siempre tu regreso como encuentro

atesorando cada caricia fugaz 

que deja inevitablemente su marca en el firmamento.

Te reconozco como cercano a mi corazón

íntimo a mi cuerpo y a mi alma, 

pero sin absorberte

no quiero perderme una sola característica tuya

ni uno solo de tus colores transformándose.

Te llamo en mis adentros

te nombro a la primera oportunidad

pero acepto y honro tu silencio 

como un espacio en el que te buscas 

y te reencuentras contigo.

No quiero orbitarte 

ni quiero que me orbites.

Quiero danzar contigo

con pausas

con distancia

y cuando así lo desees, con abrazo.  

Porque deseo que siempre me veas como acontecimiento

y no como entorno obligatorio

que me veas como un espacio 

donde puedes ser tú sin miedo

y donde celebres también 

todas mis estaciones.

domingo, 21 de diciembre de 2025

Maternidad


Sólo quiero que sea decisión mía y de la persona que amo. No un mandato de la sociedad ni de mi génesis.

No quiero sentir el peso de las voces que insisten en que me dé prisa para ganarle a las manecillas del reloj biológico porque "no se es del todo mujer hasta que se es madre". No lo haré sólo por miedo a sentirme una mujer incompleta.

No quiero hacerlo sólo porque "no se es hijo hasta que se es padre", ni seguir viéndolo como una forma de sanar a mi linaje, de intentar inútilmente corregir en el futuro los errores que cometieron los cuidadores con mis padres y mis abuelos. No puedo viajar al pasado y evitar todo el dolor, abandono, violencia y miedo que ellos vivieron. Tal vez la única forma de sanarlos es cuidando de ellos en su vejez, cuando de cierta forma vuelvan a la infancia.

No quiero hacerlo en un intento de demostrarme que puedo ser madre y a la vez profesionista porque los sueños de mi abuela y madre se marchitaron al enraizarse a un nuevo ser. No quiero hacerlo sólo porque mi hermana posiblemente no pueda tener hijos propios, y no quiero sentir la presión de que la historia distópica de mi familia no acabe con la mía.

Quiero ver muchas películas en el cine yo sola, viajar por toda la república con mi pareja durante muchos años, saltar de un paracaídas. Quiero escribir muchos libros y tener muchos hijos literarios primero. Quiero trabajar con cientos de consultantes y que muchos de ellos sean niños, y aprender a amar la niñez por lo sagrada que es, sin necesidad de ver mis genes plasmados en ellos.

Quiero que, si algún día un ser humano crece entre mis entrañas, sienta mi cuerpo como su casa. Quiero que se sienta amado y esperado desde el momento de su concepción, no sólo por mí, también por su padre, también por el mundo. Quiero que, si algún día un bebé se acuna en mis brazos, sea porque lo veo a él o ella y sólo a él o ella, no a mis padres, no a mis abuelos, no a mí misma, no a mis expectativas de quien quisiera que se convirtiera.

Quiero amarlo por quién será día a día, no por ser una extensión de mí, de mi pareja o de nuestros sueños inconclusos. Sólo quiero tener la libertad de decidir cuándo, y estar en paz si la respuesta de mi cuerpo, mía, o de mi pareja es "nunca". Ya amo la vida con todas sus complejidades y matices, y a mi consideración, ya creo vida todos los días al vivirla y sobrevivirla.

martes, 16 de diciembre de 2025

Mensaje en botella para Indiana Jones

Si supieras que el mejor regalo de Navidad, mi milagro navideño, fueron tus palabras que no puedo parar de releer y que me aprendería de memoria...

Si supieras que al recibir un mensaje tuyo tardo en contestar porque me pongo a dar vueltas en la cama y a dar saltitos y a gritar "YES, YES" en voz bajita mientras levanto los brazos al cielo...

Si supieras que cada vez que veo por la calle algo que me recuerda a ti, mi corazón late fuerte y pongo la sonrisa más tonta del mundo, y trato de ser racional y de no tomarlo como un mensaje del universo de "Quizás sí"...pero que simplemente no puedo porque soy extremadamente emocional y especialmente tratándose de ti...

Si supieras que eres el único hombre al que he soñado de múltiples maneras, pero que mi favorita es soñar que charlamos horas y horas (también de otra forma me encanta soñarte, pero shhhh esto está siendo escrito en horario familiar). 

Si supieras que por ti me replanteo mis proyectos más grandes y mis decisiones diarias más pequeñas, pero no es queja...en realidad siempre me terminas acercando más a mí.

Si supieras que por ti estoy aprendiendo a tomarme la vida con más calma, a dejar de estresarme por tesinas y exámenes en los que al final sacaré un 9, a aceptar que la incertidumbre está bien porque es parte de la maravillosa vida, a abrazar la libertad porque es pilar para el amor genuino...

Si supieras que lo que más me haría feliz sería tenerte cerquita...dejarías de disculparte por tonterías, de ponerlo en manos de la vida, y vendrías a darme un beso en esta sonrisa tonta que tengo de oreja a oreja, un beso antes de irte a navegar por el mundo, un beso que me diga que por más mujeres que se crucen en tu camino y en tu cama, yo seré siempre tu Marion, Indy.

No tienes que responder a esta intensidad ahora; yo la vivo como parte de mi camino, y sé esperar transitando mi propio destino. Esto es lo que siento, pero jamás como una exigencia; mi amor es un regalo que dejo en el puerto para cuando puedas y quieras recibirlo. 

El puerto siempre estará abierto, con mi sonrisa esperando tu llegada.

Te quiero, y pase lo que pase, siempre te querré.

domingo, 14 de diciembre de 2025

La permanencia del amor

Ser olvidado de cierta forma es como ser borrado, como morir.

Podemos dejar de ser amados por alguien...pero ¿Realmente podemos ser olvidados? 

Yo recuerdo a muchas personas que ya no están en mi vida; especialmente a aquellas que tuvieron un impacto significativo.

Tú tuviste el mayor impacto en mí...en mi personalidad, en mi forma de ver la vida, en mi forma de amar. Sé que nunca voy a olvidarte. No podré ni querré hacerlo.

Pero comprendo si tú necesitas dejarme atrás para ser genuinamente feliz. Y el que lo seas, es lo único que le pido ya a la vida...porque tú me diste todo, me salvaste de todas las formas posibles.

No me debes nada...

Tu amor siempre se quedará conmigo.




viernes, 12 de diciembre de 2025

Amando antihéroes

Tus sueños y mis sueños, mi forma de ver la vida y tu forma de ver la vida... son diferentes, pero son igual de valiosas. 

Ya no eres mi Steve Rogers, que se apresuraba a cubrir la granada con su cuerpo; ni mi Capitán América que se sumergió 70 años en el hielo para salvar el mundo...pero sigues siendo al hombre que espero, que amo ahora aún más que cuidas de ti y de tu felicidad.

Tal vez nunca he logrado ser tu Starlight, ni siquiera tu Annie January...no sabré nunca patearle el trasero a los malos, para mí todos somos antihéroes; aún así he intentado fortalecerme para proteger a quienes amo. Quizás de Annie sólo tengo el salir a las calles a protestar, con la esperanza de cambiar algo...

Pero sí soy Kaori, sí soy esa que, con los ojos anegados de lágrimas le sonríe a la vida, y que en cada nota musical, levita. Sí soy esa que se enamoró del mundo gracias a ti, que se inspiró a seguir viviendo gracias a ti, que seguirá luchando hasta el último respiro por y para ti.

Sé que piensas que soy demasiado soñadora, ilusa...pero el creer en utopías es lo que me hace levantarme todos los días.

Sé que te he decepcionado con mis decisiones imprudentes...y sólo quisiera que también pudieras ver mis pequeños actos diarios de valentía, porque tú me enseñaste que vivir vale la pena, que las cosas difíciles suelen costar tanto porque son hermosas.

Quisiera que vieras que no soy la adolescente que llora sobre los exámenes y se acuesta sobre el pupitre...que ahora me enfrento a mi miedo a los números con el corazón latiéndome rápido, con las mejillas calientes y con múltiples errores...pero enfrento, y para mí eso ya es valentía. 

Quisiera que en vez de pensar que ahora soy una mujer descuidada, supieras que me he desnudado de accesorios en un intento constante de mirarme bonita sin necesitar las miradas de nadie, rompiendo con autocastigos y con ilusiones de perfección que sólo me frustraban.

Quisiera que sepas que mi corte de cabello poco favorecedor para mí valió la pena, porque aunque temía muchísimo dejar de gustarte...fue despojarme del dolor, de la culpa, y de amar desde el sacrificio. 

Quisiera que pudieras ver todavía mi intensidad no como locura sino como amor por la vida en toda su complejidad... aunque sea un poco de ambas cosas, la verdad.

Quisiera que supieras que aunque soy radical con mis ideologías, a veces soy flexible me consiento y consiento a quienes amo, aun si eso implica alimentar al monstruo del capitalismo.

Quisiera que sepas que cuando sea mamá sí contaré las zanahorias, pero no porque mi niño tenga que comer cierta cantidad en gramos o calorías, sino porque quiero que se enamore de los números desde sus primeros años. 

Quiero que sepas que, aunque no eres quien fuiste en el pasado, aunque dejé que mis expectativas te pesaran...no eres sólo nostalgia. Eres mil veces mejor que mi idealización de ti. Sí te amo por quién eres, amo tus chistes crueles, amo tu arrogancia, amo tu no saber perder, amo tu miedo a ser vulnerable del todo.

Amo lo adorable que te ves cuando te pones nervioso, y te rascas la nariz. Amo que tus ojos lucen aún más dulces cuando sonríes con ternura, amo que quiero abrazarte aún más cuando te veo con un suéter puesto. Amo tus caricias tan apasionadas capaces de dejar moretones, amo sentirme tan frágil entre tus brazos y aún así sentir que estaré a salvo.  

Hay cosas que no entiendo, es verdad; pero quisiera que me las explicaras. Quisiera entender todo lo que te hace sonreír, conocer tu mundo. Para comprenderte me bastaría con observarte, para ser valiente ante todo me bastaría con saber que no soltarás mi mano. 

Amo que seas tan opuesto a mí...que seas más alto y más inteligente que yo. Amo que seas tan racional aún en momentos en los que yo sólo puedo ser emoción andante. Amo que puedas ver un mundo de posibilidades más allá de lo que mis heridas me permiten añorar.

Mirarte hacia arriba nunca me hará sentir pequeña ni poca cosa, porque estoy en paz con quién soy, con quién me estoy convirtiendo todos los días. Sé que no necesito que me ames para estar satisfecha con la vida...pero aún así, ojalá pudieras. Ojalá tuviera el privilegio de intentar todos los días hacerte muy feliz.

Ojalá algún día menos heridos...nos volvamos a encontrar, y podamos volver a ver nuestras diferencias como complementarias y no como algo que pone una distancia entre nosotros.



miércoles, 10 de diciembre de 2025

Tres voces, una herida: Prólogo


El sol estaba bajando y acariciando con sus largos, cálidos y finos dedos el cabello de las niñas que jugaban en el jardín de las buganvilias. Las cigarras anunciaron otra refrescante lluvia de verano, mientras que los petirrojos y los ruiseñores parecían sostener una conversación por debajo de las risas infantiles. Pero a nada de esto le prestaron atención las niñas, al menos no conscientemente: Andra sólo estaba enfocada en que Will, el oso salvaje, quien el resto del tiempo era el hermano adolescente de Kath, no pudiera alcanzarla y hacerle cosquillas. A su vez, Kath tocaba el brazo de su hermano o de su mejor amiga distraídamente para decir en voz cansada y mecánica “Congelado, congelada”…a ella le interesaba más lo que estaba pasando del otro lado de la valla, del otro lado de la acera: acababa de llegar un auto, concretamente una patrulla. 

Que el padre de Andra llegara a recogerla generalmente le generaba un malestar profundo porque significaba que la tarde de juegos había terminado y comenzaría la tarde de hacer las labores escolares; pero ese día, al ver su patrulla estacionada no se le pasaba por la mente decirle a Andra que subieran al ático a esconderse para postergar la despedida. Ese día estaba desarmada de estrategias, helada…sí, congelada: dentro de la patrulla, en el asiento del copiloto estaba su madre presionando sus labios contra los de aquel policía de pacotilla, a quien su padre lanzaría a otra galaxia de una patada si tan sólo…

ARRRRRGGGHHH ¡TE VOY A COMER, NIÑITA! 

Kath no río, sólo miró con desaprobación y fastidio a su hermano mayor…como si fuera un hombre de las nieves grande y tonto. Que estuviera tan cerca de la adultez la hacía sentir un enorme desagrado por él. No podía pensar en otra cosa más que en las náuseas que sentía.

  ¡Kath! ¿Qué pasa contigo? ¿Lo vamos a dejar ganar?

Por Andra también sintió ¿Desagrado?, no sabía cómo nombrarlo ni tampoco por qué…hasta que el sol volvió sus ojos avellana más verdosos, como los de ese hombre. Cuando volteó a mirar la patrulla otra vez, estaba vacía. Ya debían haber entrado a la casa…quería entrar y decirles que eran unos malditos mentirosos, unos asquerosos mentirosos…

¡Papá! 

En ese momento, el policía de pacotilla salió al jardín y cargó en brazos a su hija. Andra llenó de besos la cara velluda de ese hombre, y se aferró a su cuello como si no lo hubiera visto en años, pese a que sólo habían pasado unas horas. Ben saludó a los niños con la cabeza, incómodo, como deseando tener más brazos para poder mecerlos a los tres; pero cuando percibió la mirada de odio de la niña pelirroja posada en su propia hija, dio media vuelta para entrar a la sala donde Marsha se estaba acomodando el cabello y la blusa. Cerró la puerta corrediza y los niños se sintieron exiliados del mundo.

—Oye, cabecita de rábano ¿Estás bien?

Kath miró en silencio a Will con el ceño fruncido, con los ojos llenos de lágrimas y por un momento que se sintió eterno.

—Extraño a papá.

Will abrazó a Kath. Sabía que era verdad, pero también sabía que el cambio de humor drástico de su hermanita no era sólo por eso. Se lo habían dicho sus ojos castaños, con una mirada repentinamente mayor…más cansados, más tristes. Y desde el momento en que ella no le corrigió “Es cabeza de zanahoria, tonto”, supo que Kath había descubierto la aventura entre Ben y Marsha, y deseo habérselo dicho él primero porque lo que más dolía era lo que significaba: que, para su madre, su padre había quedado relegado al pasado. Pero Will, aún a sus dieciséis años no sabía cómo abordarlo con ella, pues no iba a saber qué responderle cuando ella le preguntara “¿Entonces papá ya no va a regresar?” 

Entonces sólo la abrazó en silencio, y en el jardín miraron cómo, al otro lado de la acera, Marsha le daba un beso en la mejilla a Ben una vez que éste había subido a Andra al asiento del copiloto. Kath miró la patrulla arrancar y alejarse del vecindario, y deseó para sus adentros no volver a verla nunca más del otro lado de la valla. 

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La patrulla avanzaba despacio por la avenida. El cielo comenzaba a vestirse de azul marino, recordándole a Andra el mar nocturno por sus nubes espumosas. La niña sintió un escalofrío cuando cayeron las primeras gotas de agua sobre el retrovisor ¿Y si de verdad fuera el océano? ¿Y si de ahí bajaran las bestias marinas de las que le advirtió su madre la noche que se escapó a la costa? 

Blackbird singing in the dead of night…

Ben se inclinó hacia ella para cantar cerca de su rostro, y le dio un beso en la frente. Andra lo siguió, suave, como si la canción fuera una oración secreta entre los dos.

Take these broken wings and learn to fly…

Ben comenzó a cantar con una voz nasal para hacer reír a su hija, y lo consiguió: había logrado desaparecer la consternación de su cara. Andra soltó una risa breve, no podía creer lo bien que cantaba su papá, aún cuando intentaba hacerlo mal.

All your life…you were only waiting for this moment to arise

Andra se encogió de hombros, feliz. La voz de su padre se sentía como una caricia en el cabello. Afuera, las ramas de los árboles se mecían con el viento y lluvia, pero ella imaginó que quien las movía era el canto de su padre, y entonces ella cantó fuerte, como si quisiera que su voz también pudiera mover el mundo:

¡Blackbird, fly! ¡Blackbird, fly!

El semáforo cambió y la patrulla giró en la siguiente intersección. Andra observó amorosamente a su padre, él le guiñó el ojo, y siguió conduciendo. 

Papá, ese muchacho se parece a Will.

Ben miró hacia el callejón del otro lado de la calle. En efecto, era Will…con sus pantalones raídos y sus tenis sucios, pero al lado del muchacho que le acompañaba, parecía un príncipe encantado. El otro muchacho le estaba recibiendo una bolsa con polvo blanquecino, y Ben pensó en decirle a su hija que era harina robada a los gnomos...pero en lugar de eso, se quitó el cinturón de seguridad y le sonrío rápidamente:

Verás a papi en acción.

Ben caminó hacia ellos en silencio, mientras el muchacho harapiento contaba monedas. Will fue el primero en escucharlo, y al verlo caminando hacia ellos, echó a correr. Ben le gritó un fuerte “¡Eh!” poniendo en alerta al vagabundo, quien llevó su mano derecha al interior de su gabardina. Con una maniobra rápida, Ben logró empujarlo contra la pared, con una mano detrás de la espalda.

¡Papi, no le pegues!

Andra gritó desde el interior de la patrulla, atemorizada, pero su voz era tan trémula que no habría alcanzado a mover una pluma. Golpeó el cristal y su padre miró su rostro asustado dentro de la patrulla.  En ese momento el vagabundo giró sobre sus talones, y con la mano libre, encajó una navaja en el abdomen desprotegido del padre.

¡¡Papi!!

El vagabundo miró a Andra, esta vez su voz había logrado algo. Andra sintió terror porque sus ojos eran feroces, completamente negros, casi caninos…y su figura altísima y encorvada, retorcida, le recordaba al Lobo. 

Ben se quedó congelado, como si estuviera en el jardín de los juegos y Kath lo hubiera tocado. El vagabundo extrajo la ensangrentada navaja de su cuerpo, y echó a correr en dirección opuesta. Ben sintió la cálida sangre manando de sus entrañas a cada paso que daba de regreso a la patrulla.

 Su padre subió a la patrulla, y se aferró al volante con una mano, la otra presionando su abdomen, intentando contener la sangre que ya empapaba su camisa formando una flor escarlata y grotesca. El dolor era punzante, pero más fuerte era el miedo de dejar sola a Andra.


Su padre giró la llave con una mano temblorosa y el auto rugió como si fuera un corcel malvado. Mientras conducía, tomó el radio con dedos temblorosos, y lo apretó contra su boca.

Unidad 12… aquí el oficial Ben Davis. Estoy herido… apuñalado en el abdomen. Repito: herido grave. Me dirijo al hospital con mi hija a bordo. Necesito que vengan por ella.

Hubo un silencio breve, seguido por la voz distorsionada de la central.

Unidad 12, ¿confirmas que estás conduciendo tú mismo?

Ben soltó una risa seca, casi un gemido.

Sí… no hay tiempo. El hijo de perra huyó. No pude…

La vista de Ben se nublaba, pero sentía la mirada de su hija a su lado. El limpiaparabrisas se movía frenético, pero no lograba despejar del todo la visión: el mundo se desdibujaba entre agua y sangre. Andra lloraba y se aferraba a su peluche. Ben la escuchaba, y eso lo mantenía despierto.

¿Qué tan lejos estás del hospital? ¿En dónde te encuentras?

El radio cayó sobre el asiento, y Ben volvió a apretar el volante. La ciudad se desdibujaba frente a sus ojos, sabía que el hospital más cercano estaba a veinte minutos…había sido una estupidez complacer a Audrey comprando la casa en la periferia, cerca de la playa.

 —Ben ¿Me escuchas? 

No, ya no escuchaba nada fuera de su cabeza. Sentía los latidos de su corazón resonando como si fueran las campanas de la iglesia balanceándose al lado de sus oídos. Recordó los pétalos de rosa cayendo sobre el vestido blanco de Audrey, y sintió la sangre empapando sus propios muslos.

¿Papi?

El sollozó de Andra sí lo escuchó. Tenía que llegar. Tenía que hacerlo por ella. Con los ojos cerrándose, pisó el acelerador retomando la avenida principal, giró el volante y…

Andra vio dos luces enormes, cegadoras, perfilando el rostro de su padre. Y antes de que pudiera cerrar los ojos para protegerse, sintió su impacto…tan fuerte, tan terrible, que ella sólo pudo pensar que los habían golpeado dos soles con toda su masa. Y entonces, la luz se extinguió y sólo quedó el negro. Andra pensó otra vez en los ojos del Lobo entre la cortina de agua, y se rindió ante su oscuridad.





martes, 9 de diciembre de 2025

Siempre

Enséñame que las mejores historias no tienen siempre los peores finales.

Enséñame que la libertad no siempre es peligrosa, que el poder no siempre corrompe...y yo te enseñaré la compleja paz en la calma de lo simple.

Enséñame que los peores monstruos podemos ser amados, que los peores errores pueden ser perdonados...y yo te enseñaré que las heridas sí sanan con el tiempo, que la confianza se puede reconstruir.

Por favor enséñame que estoy equivocada, que no fui un pasatiempo que abandonas cuando aumenta la dificultad. Enséñame que no te has cansado de mí y mis rarezas, y mi moral dicotómica, y mi pasión por todo.

Por favor enséñame que no volví a ser la muñequita de trapo que las personas bajan del estante sólo cuando están aburridas, que no volví a ser otra maldita vez el puerto de paso porque no soy hogar en el que valga la pena quedarse.

Enséñame que no soy mera nostalgia ni costumbre, que quieres conocer lo que pienso, lo que siento, lo que soy debajo de la piel y de las cicatrices...porque yo siempre estoy muriendo por saber más y más de ti.

Enséñame que puedo ser amada con todo lo horrible de mí, porque en verdad he intentado ser mejor para amarte mejor.

 Enséñame que el amor no es otra ficción más en mi historia, porque intento gritarle al mundo a cada paso que doy que no lo es pero hoy es el primer día en el que siento que ya no puedo intentarlo más.

Enséñame que aún me amas, porque yo sé que aún en días como hoy, te amaré siempre.



miércoles, 3 de diciembre de 2025

Buscándome

Sólo quiero ser amada, tan simple y tan complejo como eso...ser amada, sin volver a ser atrapada en una jaula de oro; y sin querer enjaular a nadie. 

Quiero que mi búsqueda de independencia no sea percibida como rechazo o como abandono...sino como mi autoafirmación de que soy alguien capaz de sostenerse y andar por su cuenta.

Quiero poder permitirme ser imperfectamente humana: equivocarme, aprender, y aún así seguir siendo digna de amor.

Quiero poder parecerme a mi padre incluso en algunos de sus defectos sin que mi mamá sienta desagrado hacia mí; y seguirme pareciendo muchísimo a mi mamá sin que mi hermana me señale como un ser simbiótico de ella.

Quiero ser Adri Del Río, honrarlos a ambos, reconocerlos en mi historia...pero también ser Kari, sólo Kari: libre de ser yo, distinta, aunque lleve en la piel y en la sangre cosas que me hacen ser parte de ellos.

Estoy agradecida por todo lo que han dado, sólo pido ahora un poco de fe en mí, de confianza en que no volveré a cometer los mismos errores porque ya aprendí.

Quisiera poder decirle a todos los que marcaron mi historia que soy síntesis de sus reflejos, porque en mí se cruzan sus luces. Pero también soy yo, buscándome. 

Buscándome en la música 

en el cielo cambiante

en mis distintos largos de cabello

en mis lágrimas y mi pasado

en mis miedos que intento conquistar

en los lugares donde mi risa brota espontanea.

Quisiera que mis amigos entendieran que no es enojo ni desconfianza, que no es falta de cariño: sólo necesito silencio para escucharme, soledad para convivir con mis sombras y tomarme un té con mis demonios.

Quisiera que el hombre que amo supiera que no estoy buscando afuera a mi otra mitad, porque ya aprendí que esa mitad faltante está en mí...en la cara oscura de mi luna. Que, si salgo a un concierto de metal o un bar grupero, no es porque esté buscando a un músico en el escenario o en la multitud, sino a la música brotar dentro de mí como ritmo, como orden y caos, como ruido y silencio. Que si salgo a pasear por la ciudad o por los bosques, no estoy buscándome en el ambiente ni en los otros sino buscando quién soy al observarme en lo inmenso del mundo, en cómo soy cuando estoy con los otros. Que si me voy al mar, me dará igual quien vea mi cuerpo imperfecto en traje de baño porque estaré demasiado embelesada sintiendo que las olas lavan mi tristeza.

Me duele mucho que mi madre me vea como una niña indefensa e inútil, que mi hermana me perciba como escasa de inteligencia, que el hombre que amo piense que soy una mujer "fácil" cuando siempre he sido difícil en todos los sentidos...me duele que mi padre ni siquiera tenga interés en mirarme.

Pero les amo, e intento amarme. Y lo seguiré haciendo aún si ellos dejan de amarme porque, aún cuando mi mayor anhelo siempre ha sido ser amada, no les amo por el amor que pueda recibir de ellos, sino porque me cautiva el que existen. 

E intento amarme, no porque sea mi mayor necesidad, sino porque por primera vez creo que he pagado lo suficiente por mis errores como para no perdonarme y ser mi aliada más leal.

Ese amor, me mueve a seguir buscándome.



lunes, 1 de diciembre de 2025

Día de diciembre

Hoy y siempre celebro tu existencia. 

Me hace feliz pensar que justo en este momento, mientras escribo estas palabras, te encuentras en algún lugar del mundo...caminando, riendo, conversando, pensando, respirando. Pienso en tu corazón latiendo, en el aire circulando por tus pulmones, y siento asombro, fascinación porque eres real. 

Pienso en cada pequeño y divino defecto, y amo la humanidad en ti. Amo a la humanidad por ti. 

Nadie jamás podría considerarte un error. Eres el mejor regalo, la mejor serendipia, la mejor Dios-cidencia que podría pasarle a cualquier persona. Llegas y le das calor, color a todo. Las flores son más hermosas, el pan huele más delicioso, el viento adquiere un significado hablando el idioma de tu alma...cualquier milagro es posible cuando estás cerca.

Pienso que existes, y entonces me siento orgullosa de la raza humana. Pienso en el súper hombre de Nietzsche y en el mejor súper héroe de Marvel, y pienso que aún así, tú eres más maravilloso.

Pienso que existes, y mi corazón se llena de esperanza, y el mundo es un lugar más seguro, porque algún día serás padre y tendrás hijos que hereden tu nobleza, tu inteligencia, tu sonrisa sincera. E incluso ahora que no has tenido hijos aún, ya has moldeado con tus manos llenas de amor a personas que estaban rotas como yo, para con los pedazos construir algo más bello. 

Si fuera un científico loco, te clonaría miles de veces porque cambiarías aún más vidas, porque cada buena persona se merecería el regalo de tenerte como esposo, padre, hermano, amigo, colega, e hijo.

Cada vida que tocas, la sanas, la mejoras. La mía la resignificaste, le diste un caudal y un propósito: cada vez que estoy a punto de rendirme, pienso en ti y resisto...me digo "Si él puede, yo puedo", "Si él creyó en mí, entonces yo también creo". En cada paso que doy pienso en ti, me pregunto qué harías tú, porque sé que si en el mundo habitaran más seres humanos como tú, todas las religiones fracasarían: ya existiría el paraíso en la Tierra.

Pienso que existes y el dolor del mundo parece tener un propósito.

Pienso que existes, y sé que existe Dios y que existe el amor.

Gracias por ser tú: con chistes extraños, con tu manera tan matemática de ponerle plazos y pasos a seguir hasta a las situaciones más sensibles, con tus ojos únicos y más brillantes que todas las galaxias sumadas, con tus cicatrices que volvieron a tu alma y tu piel más suaves en vez de endurecerlas, con tus gustos tan tuyos, con tus abrazos tan fuertes que truenan vertebras y destruyen problemas. 

Gracias por estar: en mi pasado, en mi presente, y sé que también en mi futuro aunque sea sólo en la memoria...sé que serás ese destello precioso y sagrado que me hará llorar de amor cuando tu recuerdo vuelva a mí en medio de mi memoria deteriorada por la edad. Y no tendré que darle ninguna explicación a mis cuidadores, ellos sabrán que es por ti, ellos sabrán tu nombre desde el día #1 en que me conozcan.  

Gracias por seguir viviendo, gracias por no irte cuando sentiste que dolía respirar. 

Gracias por ser amor cuando más lo necesitaba y menos lo merecía.

Gracias por ser amor, cuando más lo necesitabas y más lo merecías, pero algunos idiotas no supimos dártelo en la medida justa.

Gracias por no dejar que los absurdos de la vida te quebraran ni te endurecieran, por ser tan fuerte y tan suave al mismo tiempo.

Gracias por brillar aún con el alma rota: iluminas todo el sistema solar.

Gracias por haber sido mi amigo, mi cómplice, mi todo. 

 Gracias por luchar cada día por tu felicidad, porque tú más que nadie mereces ser feliz.



Lo más preciado que tengo

Te amo con la verdad que arde,  con la llama que aún no aprende a pedir permiso.  Siempre atesoraré lo que vivimos. El primer beso que te dí...