lunes, 1 de diciembre de 2025

Día de diciembre

Hoy y siempre celebro tu existencia. 

Me hace feliz pensar que justo en este momento, mientras escribo estas palabras, te encuentras en algún lugar del mundo...caminando, riendo, conversando, pensando, respirando. Pienso en tu corazón latiendo, en el aire circulando por tus pulmones, y siento asombro, fascinación porque eres real. 

Pienso en cada pequeño y divino defecto, y amo la humanidad en ti. Amo a la humanidad por ti. 

Nadie jamás podría considerarte un error. Eres el mejor regalo, la mejor serendipia, la mejor Dios-cidencia que podría pasarle a cualquier persona. Llegas y le das calor, color a todo. Las flores son más hermosas, el pan huele más delicioso, el viento adquiere un significado hablando el idioma de tu alma...cualquier milagro es posible cuando estás cerca.

Pienso que existes, y entonces me siento orgullosa de la raza humana. Pienso en el súper hombre de Nietzsche y en el mejor súper héroe de Marvel, y pienso que aún así, tú eres más maravilloso.

Pienso que existes, y mi corazón se llena de esperanza, y el mundo es un lugar más seguro, porque algún día serás padre y tendrás hijos que hereden tu nobleza, tu inteligencia, tu sonrisa sincera. E incluso ahora que no has tenido hijos aún, ya has moldeado con tus manos llenas de amor a personas que estaban rotas como yo, para con los pedazos construir algo más bello. 

Si fuera un científico loco, te clonaría miles de veces porque cambiarías aún más vidas, porque cada buena persona se merecería el regalo de tenerte como esposo, padre, hermano, amigo, colega, e hijo.

Cada vida que tocas, la sanas, la mejoras. La mía la resignificaste, le diste un caudal y un propósito: cada vez que estoy a punto de rendirme, pienso en ti y resisto...me digo "Si él puede, yo puedo", "Si él creyó en mí, entonces yo también creo". En cada paso que doy pienso en ti, me pregunto qué harías tú, porque sé que si en el mundo habitaran más seres humanos como tú, todas las religiones fracasarían: ya existiría el paraíso en la Tierra.

Pienso que existes y el dolor del mundo parece tener un propósito.

Pienso que existes, y sé que existe Dios y que existe el amor.

Gracias por ser tú: con chistes extraños, con tu manera tan matemática de ponerle plazos y pasos a seguir hasta a las situaciones más sensibles, con tus ojos únicos y más brillantes que todas las galaxias sumadas, con tus cicatrices que volvieron a tu alma y tu piel más suaves en vez de endurecerlas, con tus gustos tan tuyos, con tus abrazos tan fuertes que truenan vertebras y destruyen problemas. 

Gracias por estar: en mi pasado, en mi presente, y sé que también en mi futuro aunque sea sólo en la memoria...sé que serás ese destello precioso y sagrado que me hará llorar de amor cuando tu recuerdo vuelva a mí en medio de mi memoria deteriorada por la edad. Y no tendré que darle ninguna explicación a mis cuidadores, ellos sabrán que es por ti, ellos sabrán tu nombre desde el día #1 en que me conozcan.  

Gracias por seguir viviendo, gracias por no irte cuando sentiste que dolía respirar. 

Gracias por ser amor cuando más lo necesitaba y menos lo merecía.

Gracias por ser amor, cuando más lo necesitabas y más lo merecías, pero algunos idiotas no supimos dártelo en la medida justa.

Gracias por no dejar que los absurdos de la vida te quebraran ni te endurecieran, por ser tan fuerte y tan suave al mismo tiempo.

Gracias por brillar aún con el alma rota: iluminas todo el sistema solar.

Gracias por haber sido mi amigo, mi cómplice, mi todo. 

 Gracias por luchar cada día por tu felicidad, porque tú más que nadie mereces ser feliz.



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