no soy carretera durante tu viaje errático.
Ni enfermera personal de tus heridas auto provocadas.
No soy estación de tu pasión fugaz,
soy del corazón fortalecido, un latido tenaz.
Así que si vienes, que sea sin prisa
porque el fuego en mí se eterniza.
No soy eco, ni sombra prestada,
soy raíz viva… soy voz encendida.

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