miércoles, 2 de julio de 2025

Mi alquimia


 Tal vez algún día el viento te lleve consigo el aroma del incendio que purificó mi alma...en el que ardieron las palabras no dichas, las culpas, los fragmentos de mis viejos dolores. Anduve a través del incendio que provoqué, aceptando mis actos...perdonándome. Permití que lo que dolió se elevara y se disolviera en humo. Hoy puedo nombrar al abismo sin miedo, mirarlo sin que me devore.
Al verme a los ojos, sabrás que la llama de mi alma no se ahogó en la cera de mi pasado deshecho: el amor en todas sus formas transformado, sigue siendo mi verdadera luz. Hallé en la compasión y la lucidez lo esencial.
Quizás el fuego te contará que una tarde me dijo: "Deja de aferrarte a las ausencias, habitate a ti...eres tú tu compañía leal y eterna." En la oscuridad descubrí que no vine a este mundo para esperar regresos, ni para aferrarme a los naufragios. Vine para arder y renacer.
He amado en silencio, tratando de callar el crepitar de mi corazón...hoy, con los brazos abiertos y el alma erguida, dejó salir la luz suave del recuerdo que ya no duele. Me permito amar aún en el desprendimiento...pues me hace daño seguir abrazando cenizas.
El verdadero amor, por más herido que esté, no sabe de revanchas...no me pedirá arder. En mí, el amor ha dejado de ser espera y se ha vuelto raíz.
Hoy elijo no quedarme en la orilla de lo que fuimos, sino bendecir el mar donde alguna vez fuimos llama compartida.

Gracias por haber sido mi faro y mi tormenta.
Hoy soy tierra firme. Soy quietud. Soy vida crepitante. 










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