martes, 15 de abril de 2025

Querida Eva

 

Nunca fue mi intención sumergirte en un invierno eterno cuando escapé con Hades. Ya no quiero que temas por mi bienestar: he vuelto a la Tierra y no me atreveré a volar tan alto de nuevo, sé que el sol podría derretir mi alas.

Sé que intentaste componer el error de tu madre convirtiéndote tú en la mía. Intentaste por décadas sostener la mentira, pues temías que el no haber sido deseada me lastimara tanto como a ti te lastimó... pero tu Dios ya lo ha dicho: "La verdad os hará libres."

Necesitaba saber la verdad para comprenderlo todo, para que tú y yo encontráramos la paz, para que mi padre y yo supiéramos dónde empezar. No tienes que castigarte ni seguir disculpándote por la Caída; no soy un pecado que debas lavar.

La caja de Pandora existió mucho antes que tú, y tarde o temprano alguien la abriría. Dejemos atrás la idea del Edén que creaste. No permitamos que esa ilusión nos lastime más: la vida nace del dolor. Suelta ya esa carga.

Nunca encontraremos el río Estigia, pero estaremos bien. Lo has hecho bien: el alimento que manó de tu pecho y el aroma de tu regazo no me volvieron indestructible, pero me enseñaron que siempre habrá un propósito para reconstruirme.

Me has dado todo, pero aún debo pedirte algo: confía en mí. Confía en que nunca me verás clavada en la Cruz.

No seas María, de lágrimas abnegadas: te quiero libre y humana.







El ángel que maté por ti

 

Una vez te dije que eras mi amarillo, pero en realidad fuiste mi gris: trajiste un profundo dolor a mi vida. Te dije adiós demasiado tarde, sin explicarte mis razones... tenía la esperanza de que ya las conocieras. Asesiné a un ángel sólo para agradarte en sacrificio, y, siete años después, aún flotan a mi alrededor sus blancas plumas manchadas de sangre. También maté partes de mí con la esperanza de serte menos desagradable, pero, por supuesto, no bastó para que pudiera gustarte.

No era tu responsabilidad amarme de vuelta. Es verdad que "si lo forzas, se marchita; sin tener principio, llega a su final". Pero tú sabías que no podrías sentir lo mismo por mí ¿Por qué usarme? Sabías que me bastaría con un espejismo para seguirte. Usaste mi amor para intentar cubrir todo el odio que sentías por ti mismo en secreto.

Tan sólo una vez fuiste sincero: me dijiste que no dejara caer todo el universo de amor que él había depositado en mis manos. Pero, de todas maneras, aprovechaste que yo estaba hechizada con melodías. Me usaste para crearte un reflejo irreal.

Con tu odio, me hiciste odiarme. Quería arrancarme el rostro, ser otra persona. Maté de hambre a mi cuerpo para no estorbarte, para caber en tu corazón. ¿Aún no te das cuenta de que me llamaste exceso, cuando yo, por ti, estuve disminuida?

Agradezco no tener que volver a verte nunca más. Ya es suficiente con toda la sangre en mis manos, que sigue igual de fresca que aquel día, y que no puedo lavar ni con todas las lágrimas del mundo. 


viernes, 11 de abril de 2025

De plastilina

Recuerdo la libertad que sentía al jugar en el lodo con mis primos, como si romper las reglas de mis padres fuera liberar al mundo de su mayor esclavitud. Cada risa tenía el poder de aligerar incluso el peor de los regaños.
Es imposible no sentir nostalgia por la infancia, cuando todo era más sencillo. Solía sonreír con facilidad y disfrutar el más mínimo estímulo de mi entorno. En aquellos días, estar rodeada de personas me llenaba de energía... hoy, en cambio, me siento vulnerable.
Enamorarme era un escape perfecto de los problemas en casa. Bastaba con garabatear corazones y un nombre en los márgenes de mi libreta para que el mundo a mi alrededor se llenara de colores vibrantes. Fue así como descubrí que la pluma podía crear magia. El amor era una fragancia inocente que brotaba, una burbuja que nos envolvía y nos elevaba a mi amado y a mí, manteniéndonos a salvo del horror de la ciudad.
Echo de menos los días en que mi hermana era mi mejor amiga, mi compañera en las buenas y en las malas. Hoy me culpa por los errores que cometí cuando aún era una niña y me reprocha no haber estado para protegerla de los monstruos, aunque yo también estaba aterrorizada. De un día para otro, dejó de ser un perrito de felpa y se convirtió en una muñeca de porcelana rota y manchada; cada vez que intento levantarla, corta mis manos.
Con los años, mi mamá dejó de ser un ángel para convertirse en una mujer llena de defectos, marcada por contradicciones. Una Eva que se condenó y nos arrastró con ella. Mi papá, por su parte, pasó de ser un dibujo inconcluso a un fantasma que me atormenta con el arrastre de sus cadenas... daría lo que fuera por desterrarlo y dejarlo atrás.

¿Y yo? ¿Yo qué soy? Creí que era una hoja en blanco, un espacio vacío que solo reflejaba la ausencia. Después descubrí que era un lienzo lleno de pinceladas, rayones y tachaduras hechos por todas las personas que pasaron junto a mí. Hoy puedo distinguir las líneas que quiero conservar y las que trazan caminos que ya no quiero seguir...pero ya no quiero ser unidimensional, quiero tener un cuerpo, unas manos para crear, unas piernas para ir a donde yo quiera, un corazón de plastilina que pueda estirarse y acomodarse en cualquier espacio. 

Aunque me siento herida, atormentada, condenada...sé que soy más que esto: sé que puedo ser más de lo he sido. Quizás, incluso, pueda extender una mano comprensiva y amorosa a la niña curiosa que habita en Eva, a la ceramista dentro de la muñeca rota, al joven libre atrapado en el fantasma encadenado. Mi hogar está hecho pedazos; entre los cuatro que lo habitamos, lo destruimos desde adentro. Pero sé que, con paciencia, podré recoger los fragmentos. Con plastilina, formaré una nueva casa—una que ya no esté embrujada, sino viva y luminosa. 


 

Lo más preciado que tengo

Te amo con la verdad que arde,  con la llama que aún no aprende a pedir permiso.  Siempre atesoraré lo que vivimos. El primer beso que te dí...