martes, 31 de diciembre de 2024

Papá no vendrá

 

Hay una niña de pie, mirando fijamente la puerta, esperando. Es Navidad, papá dijo que se quedaría a cenar...pero se fue. ¿Será que sólo olvidó comprar los regalos de Santa? Seguro es eso, seguro regresará en un par de horas. Ya dieron las 12, papá no regresa: mamá dijo que lo vio a la vuelta de la esquina, subió el auto con una señora (¿Quién es ella?) y arrancaron a toda velocidad.

Hay una niña cantando en el patio de la escuela. Es Día del Padre, pero en las gradas sólo está mamá. Es normal que papá aún no haya llegado, es que vive lejos. Seguro llegará al final del evento, e irán a desayunar todos juntos. Pasa una canción tras otra, el entusiasmo se va a apagando. El espectáculo termina, la poco exigente multitud estalla en aplausos ¿Por qué la niña ya no se siente orgullosa de sí misma? ¿Por qué siente vergüenza? No logra entender por qué, ni deshacerse de esa desagradable sensación.

Hay una niña llamando a su padre en el teléfono, está en pánico, está llorando porque su mamá y su hermana están forcejeando con un cuchillo en el comedor. Del otro lado de la línea no hay una voz tranquilizadora, sólo un "Yo estoy hasta acá, no puedo hacer nada". 

Hay pre adolescente asustada y avergonzada. Un compañero la espío en el baño, otro compañero le dijo que se masturba pensando en sus pechos. Quisiera volverse invisible para todos. Papá prometió hablar con los niños (en realidad amenazó con golpearlos), pero no hizo nada...así que ella mejor opta por alejarse todos, y comienzan a llamarla la "loca de las palomas" porque es con las únicas que habla. Un pie puesto adrede a media escalera, la banca echada hacia atrás adrede...dos cambios de escuela, pero la situación se repite como un mal sueño aunque el lugar ya sea distinto. 

Hay una chica que llora todo el tiempo, no entra a clases para perseguir a un chico que la repudia. Ella se está matando de hambre y de cansancio para verse bonita, sólo quiere que él la mire. Lo peor de todo es que ya hay un chico que la adora, que la ama tal y como es, que la perdona por ser cruel, que trata de entender sus necedades y locuras...pero ella no está lista para recibir ese amor, no concibe que el amor pueda darse de forma natural: ella cree que tiene que ganarse con sacrificio y sufrimiento. Papá no vendrá hasta que ella demuestre merecer la visita.

Hay una joven caminando por las calles negras y silenciosas. Es de madrugada, los perros le ladran...no se les puede culpar, parece un alma en pena: trae ropa que le queda gigantesca, los pies descalzos y embadurnados de sangre y mugre, el cabello enmarañado, la mirada perdida. Le cuesta trabajo andar, le duelen las costillas, las piernas, los brazos...por la paliza. Pero es la misma opresión de las costillas lo que la hace andar más de prisa, tiene miedo de morir, tiene miedo de que él haya despertado y venga detrás de ella, tiene miedo de que vuelva a intentar arrancarle la ropa interior, tiene miedo de que agarre a patadas a su perrita también. Por eso la aprieta más contra su pecho, le pide disculpas por ponerla en peligro cuando debió mantenerla siempre a salvo, y sigue andando. Papá no vendrá a salvarla.

Hay una mujer que va cada año a las marchas feministas. Cada año se rompe cuando toca gritar las consignas, o cuando ve llorar a las otras mujeres, pero se rompe sólo para reconstruirse más sólida...algo así como las fibras musculares. Hay una mujer que hace ejercicio sólo para ganar flexibilidad, fortaleza...para demostrarse de todo lo que es capaz. Acepta su cuerpo tal y como es, está agradecida con él.

Hay una mujer que ama con todo el alma, porque ya no tiene miedo de que la gente se vaya, se tiene a sí misma y con ella misma es suficiente. Ella la mantiene a salvo. 

Papá no vendrá, pero está bien. Yo estoy aquí, para abrazarlas, amarlas y perdonarlas a cada una de ellas.


lunes, 30 de diciembre de 2024

Laberinto


El sueño me enjauló. 

Vivo atrapada en un sueño: todos los días abro los ojos esperando realmente despertar. 
Dentro del mismo cuerpo habitan el minotauro y Teseo, pero Teseo está débil...está aterrorizado. No es tan valeroso como decía ser; y el minotauro sigue desmembrando doncellas y escuderos, alimentando su soledad. 

Yo sé...sé que es lo que yo soñaba, pero justo es eso: ya no soy "yo", ya no soy ella...Poco a poco dejé de ser Ariadna, me dejó desconsolada conocer su amargo final.

Es que todo es maravilloso, pero se siente de cristal. Trato de convencerme que no es sólo un espejismo, pero todo se esfuma cuando intento tocarlo. 

En mi cara fue tallada una sonrisa, pero mis ojos están anegados en lágrimas. Intento vivir en el presente, pero experimento una nostalgia profunda por un momento que aún no termina de pasar.

Atisbo el lejano horizonte desde mi laberinto, y anhelo ser libre. La libertad implica responsabilidad, implica enfrentar el mandato de los Dioses y el destino que escribieron para mí. La libertad implica que Teseo asesine al minotauro, o que el minotauro desmembre a Teseo. La libertad implica guerra, y yo ha me he cansado de esta enclenque imitación de la paz.  




 

viernes, 27 de diciembre de 2024

Caperucita Roja


 

Perdí mi brújula, mi estrella guía. Estuve orbitando alrededor de astros que me repelen...y no supe cómo parar, cómo restablecer la gravedad. Todo el mundo me grita desde la Tierra que puedo bajar, pero para ellos es fácil decirlo: no están a kilómetros y kilómetros y kilómetros de altura; no sienten este hueco en la panza al mirar hacia abajo e imaginar cuánto dolerá caer de cabeza contra el lodo.

No debería de necesitar aclararlo: sí, soy una soñadora, pero no estoy dormida. Mis ojos están abiertos, desorbitados. Si no viera la realidad no estaría muriendo de miedo. 

Yo sé que mi abuela me espera al final del bosque. Sé que estoy desparramando por el camino la fruta que me pidió, que estoy regalándole flores a los lobos aún corriendo el riesgo de ser devorada. Pero ¿Se les olvida que por muchos años yo también estuve entre penumbras, descuartizando criaturas inocentes  porque el dolor me hacía sobrerreaccionar?  

No olviden que yo seguiría corriendo en cuatro patas, babeando sangre y exhalando vaho, olfateando gente herida para destrozarla, si no fuera porque alguien se tragó su miedo para curar mis heridas de bala. El amor me hizo descubrir que era pequeña, desprovista de pelaje y de colmillos...y aún así, me sentí a salvo por primera vez. 

Sí, tengo miedo en este bosque espacial, donde el sol no sabe si irse o quedarse, así que es de día y de noche a la vez...y no sé en qué momento los depredadores atacarán. Sí tengo miedo de no poder domar  a los lobos, sanarlos como alguien me sanó a mí...pero no puedo simplemente abandonarles. Nadie me cree, pero he visto en uno de ellos, un humano atrapado en sus pupilas. He visto que sólo quiere sentirse libre, a salvo, admirado. He visto que esconde las garras cuando me le acerco, porque le da vergüenza la sangre que quedó en ellas y porque no quiere lastimarme. Prometió no hacerlo, y yo prometí curarle el alma, borrarle los miedos.

Las probabilidades de tener éxito son bajas, y el precio a pagar si fracasamos es demasiado alto. Desde que me puse la caperuza he sido muy lastimada, en el pasado me equivoqué confiando demasiado rápido en un lobo, y casi me cuesta la vida. Aún tengo pesadillas sobre esas noches. Pero en los ojos de aquel lobo sólo había abismos negros, agujeros negros que por poco y me tragan. 

En cambio, en los ojos de este lobo, de mi lobo, veo esperanza. Se acercó a mí cuando perdí mi brújula y el rastro de las estrellas, cuando perdí mi mechero y no podía hacer una fogata. Me dejó dormir en su regazo y así no morí de frío. Me ha dejado aferrarme a su lomo para pescar, porque aún no sé nadar. Ha lamido mis lágrimas, aún cuando odia su sabor salado y él no puede llorar, aunque tenga el alma colmada de penas.

Abuela, por favor espera un poco más por mí. Mamá, tenme fe. Comprendo sus temores, son razonables...pero la mayor magia de este mundo por lo general es inexplicable, incomprensible. Los milagros existen, la persona que soy hoy es hija de uno. 

Sé que estoy caminando en terreno peligroso, que quizás donde parece haber hierba y flores hay debajo frágil hielo. Pero estoy salvando a este lobo, y él me está dando un rumbo cuando he perdido lo que más amaba. Él me está haciendo ver colores que no era capaz de ver, me está ayudando a caminar cuando tengo la columna vertebral rota. Le estoy enseñando a amar, y él me está salvando con ese amor. 

Sé que parece autodestrucción, pero es mi auto salvación. 


 















Lo más preciado que tengo

Te amo con la verdad que arde,  con la llama que aún no aprende a pedir permiso.  Siempre atesoraré lo que vivimos. El primer beso que te dí...