Llamó la atención de cazadores hambrientos, que le apuntaron con sus rifles. Uno de ellos, francotirador experto, dio en el blanco sólo para verlo sangrar...pues a tal distancia era imposible alcanzarlo, poseerlo, y eso, él lo sabía muy bien.
En el mar, los tiburones han estado rodeando mi barquita, y dan aletazos, intentando volcarla. Una parte de mí desea que tengan éxito, porque es más grotesco ver a mi corazón desangrarse, pudrirse sin el óxigeno de su sangre, y ser mordisqueado por las gaviotas.
Por eso te pido que si pasas por ahí, le des el tiro de gracia...ya no quiero sentir.
Despedázalo: ya no lo necesito, en este mundo de máscaras y mentiras sanguinarias no sirve de nada.

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