lunes, 14 de julio de 2025

Con amor, desde mi invierno

Respetando las estaciones de mi alma, aprendiste nuevos ritmos. Sin exigir deshielos y sin quemarme, me acompañabas. Sin crepitaciones ni explosiones, dejaste huella.

Mi sol frío, desde que las nubes llegaron a cubrirte, no sé si estás lejos o sólo contemplando en silencio. Pero aun en esa incertidumbre, hay una certeza que no se apaga:  sé que existes para brillar.

Hoy te escribo para agradecerte por haberme elegido incluso en la versión más sombría de mí; por haber sabido esperar a que el alma despierte.

Hoy te coloco en mi altar emocional como fuego que nunca se apaga. Y si algún día el frío regresa, ya no tendré miedo de buscar calor…  porque tú me enseñaste que el abrigo puede venir sin palabras.

Gracias por estar y por ser.

Yo también he querido cuidarte… aunque a veces la forma en la que lo hago sea desde mi propia nieve,  desde mi constancia imperfecta...pero siempre sin exigir que seas sol de verano.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo más preciado que tengo

Te amo con la verdad que arde,  con la llama que aún no aprende a pedir permiso.  Siempre atesoraré lo que vivimos. El primer beso que te dí...