viernes, 17 de enero de 2025

Estuve aquí


Es un rasgo muy humano el querer ser observados, deseados, amados. Parece un problema del ego ¿no es verdad? un problema antropocentrista potenciado por las redes sociales, un defecto a combatir.

Pero ¿Realmente existe otra forma de trascender, más que ser visto y nombrado, y por lo tanto, amado? Creo que seríamos más compasivos, menos juiciosos, si notáramos que incluso la frívola ambición esconde el deseo de ser amados, protegidos, guardados en la memoria.

Pasé muchos años en las sombras, en silencio. No quería molestar con mi presencia, sentía vergüenza y culpa por existir.

Recuerdo que en segundo de secundaria escribí una "acronía"...el profesor nos había puesto la consigna de escribir un texto en el que desarrolláramos qué habría pasado si hubiéramos hecho algo diferente. Ya había cometido varios errores para aquel entonces, pero decidí escribir sobre algo que no tuve voz ni voto: mi nacimiento. En mi texto y en mi imaginación de ese momento, mi familia habría tenido una vida perfecta de no haber nacido yo...hoy tengo mis dudas de que realmente pudo haber sido de esa manera, pero ese sentimiento de no pertenecer, de haber hurtado un turno para venir a esta montaña rusa medio descompuesta, prevalece en mí.

Hoy intento creer que sí, que sí hay un lugar para mí en esta elipse azul, que sí es mi turno de estar aquí un ratito. Tal vez me esté mintiendo a mí misma, pero ¿Ya qué más da si soy producto de una mala decisión, de un error biológico? 

Estoy aquí, respirando, ocupando un lugar en los espacios. Y sólo quiero vivir de verdad: me he pasado la primer década de mi vida sin ser consciente de mí misma, y la última década pensando en morir. Pasé de ser una niña corriendo en círculos detrás de una mariposa a ser una anciana prematura que sólo esperaba la llegada de la muerte.

Me digo a mí misma que es más importante cómo terminará a cómo empezó, que ya es tiempo de tomar las riendas de mis latidos y mis suspiros para ver a la muerte de frente, cuando sea el momento, e irme con el corazón tranquilo, sin equipaje innecesario. 

Estoy aquí, y quiero ser yo misma. Quiero ser más que un nombre inusual que se volvió común; más que mis errores resonando en mi cabeza y que las cicatrices que dejé en la piel de quienes amé mal; más que la mirada aventurera en unos ojos que cada día se irán apagando de a poco. 

Quiero ser un abrazo que no termina de sentirse, un aroma sutil que saca una sonrisa tímida, una palabra de consuelo que se quedó en el subconsciente mientras dormías. Quiero ser el ave que emprendió el vuelo con todo y las alas rotas, el perro callejero de dejó de gruñir y regaló su calor en las noches frías. Quiero ser refugio, aún cuando aparentemente me haya ido para siempre; quiero ser amor, para que cuando las personas duden de que existe, susurrarles: estuve aquí, estoy aquí.

  


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