La vida es una deuda que adquirí sin saberlo ni quererlo...¿Podré saldarla?
A mi alrededor, todos parecen saber qué hacen en este mundo; yo, voy dando tumbos. Sé que no hay un sentido, cada quien construye el propio...quisiera que el mío fuera ayudar, pero de superheroína no tengo nada de nada. Y tampoco de artista. Cuando el heroísmo es lo único que frena al sufrimiento por un instante; y el arte, lo que lo embellece ¿Qué hago yo aquí?
La vida es un viaje incierto, en el que sólo me quedo mirando el paisaje por la ventanilla, rezando para que el combustible no se agote pronto...aunque...no sé por qué. En los transeúntes y los viajeros busco a quienes perdí. En el fondo sé que me estoy mintiendo: ellos no son mis fantasmas, y ya nada será igual.
Tengo miedo de la parada definitiva pues mi brújula está averiada. Que quede claro que yo no la rompí ¿eh?...podría jurar que estaba así desde su fabricación.
Pero, tengo miedo. De sólo haber sido un bultoso equipaje, ocupando el asiento de alguien más; una expectadora polizón que no aprendió a convertirse en recuerdo a lo largo de toda esta larga travesía.
¿Dios me trazó? ¿Para qué?
No me ha borrado ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Para qué?
No lo sé, pero sigo aquí.

No hay comentarios:
Publicar un comentario