miércoles, 19 de marzo de 2025

¿Aún hay movimientos culturales?

Estuve dialogando con la Inteligencia Artificial, concretamente con Copilot (quien además diseñó la imagen de arriba), porque quería saber si las estéticas en redes sociales corresponden a movimientos culturales...ya saben, las E-girls, los Dark y Light Academia, las cottage-core, y todas esas estéticas que cada día son más y que más se combinan entre sí. La IA me dijo que, además de formas de vestir, implican un estilo de vida...una serie de actividades y de ideologías inspiradas en contextos históricos específicos. Esto me lleva a preguntarme...¿Se podrían considerar como movimientos culturales, o hasta contraculturales? Yo creo que no, porque si bien son manifestaciones de la identidad personal en la búsqueda de encontrar comunidades, no veo un impacto cultural significativo ni un compromiso real con una causa. Sólo veo escapismo, la fuerte necesidad de romantizar nuestras aburridas, tecnológicas e industrializadas vidas. 
Motivaciones no faltan: los hippies tuvieron a Vietnam, pero nuestras generaciones tienen a Rusia-Ucrania o a Israel y Palestina, por citar a las más famosas de las numerosas guerras que están sucediendo en este preciso momento. ¿Dónde está el activismo? ¿Dónde está el llamado global a la paz? Estas guerras han durado décadas, pero las "aesthetics" duran un verano. 

¿Y dónde está el compromiso con el medioambiente, cuando estamos en una situación más apremiante que en la década de los 70's?  ¿Dónde está la ideología ambientalista en adolescentes comprando prendas a marcas fast fashion para gritarle al mundo (o más bien a sus seguidores en redes sociales) que aman la naturaleza? No lo sé...yo intento ser una persona minimalista, y me sentiría muy hipócrita e incongruente botando a la basura toda mi ropa con estampados y patrones para comprar ropa totalmente lisa blanca, gris y negra. Me frustra estar cargándonos al planeta a cambio de halagos con dobles intenciones, de unos cuántos likes en redes sociales. Me frustra que nuestras generaciones estemos más enfocadas en frivolidades que en hacer un cambio en un mundo tan adolorido. Ojalá se pusiera de moda la lengua de señas por encima de los retos balconeando a los "amigos", el veganismo por encima de las dietas restrictivas para ser "más bellos"...ojalá se pusiera de moda ser en vez de aparentar. 

No todo es malo, claro que estas estéticas pueden promover la revalorización del pasado y la búsqueda de un tipo de consumo más ético. Si la Dark y Light academia nos motivan a leer autores que quizás estaban cayendo un poco en el olvido pese a la relevancia de sus ideas; si el cottage-core nos ayuda a recordar la importancia de la labor agricultora; si el goblincore nos lleva a cuidar y respetar a los animales poco "bellos"...claro que es algo digno de celebrar y promover. Sin embargo, no creo que podamos denominar a estas estéticas movimientos sociales porque estos implican o implicaban revoluciones (no necesariamente armadas, pero sí de ideas) y yo honestamente no veo que estén cambiando nada.

No sé ustedes, pero personalmente mi algoritmo al buscar este tipo de trends no me lleva a jóvenes intentando concientizar sobre el cuidado medioambiental, la importancia del estudio, el respeto a la diversidad o el orgullo de ser fieles a nosotros mismos. No veo personas manchadas de barro mientras cuidan plantas o animales ni personas confundidas al no comprender una idea abstracta que aparece en una obra filosófica; sólo veo gente a la moda, siendo "aesthetic"...literalmente modelando ropa bonita frente a una cámara, ropa bonita que muchas veces de hecho ni siquiera es una extensión de su identidad. Sólo veo  a las personas mostrar la cara bonita (y  muchas veces falsa) de una realidad que es maravillosa justo por sus matices e imperfecciones.

jueves, 13 de marzo de 2025

El Palacio Rosa

Cuando era niña, más o menos a los 7 u 8 años, mi sueño era tener mi propio "Palacio Rosa": inspirada por la película "Hotel para perros" y a raíz de ver el documental "Paredes de cristal", pensaba en que sería muy fácil y maravilloso tener un refugio para cerditos comprándolos a los mataderos para después llevarlos a un lugar donde tendrían masajistas personales en spas, nutriólogas para desintoxicarlos y regresarlos a su peso ideal, así como una habitación llena de juguetes para cada uno. Mi Palacio Rosa tendría jardines enormes, y sólo se podría acceder a él a través de un laberinto en el que se testearan las decisiones de las personas, para asegurarme de que nadie que entrara fuera capaz de volver a hacerles daño.

Tal lugar ficticio se quedó en mis ideas y ensoñaciones infantiles, y agradezco que la Kari de esos años no pueda ver quién soy hoy porque sé que estaría muy decepcionada: no sólo estamos a años luz de construir ese lugar, sino que además, no salvamos a la vaquita marina, no somos ecologistas porque ni siquiera hemos logrado ser minimalistas ni zero waste, no hemos escrito y publicado una novela en honor a J. K. Rowling, no estamos a dos años de casarnos, no sabemos tocar el piano, no bailamos ballet ni patinamos sobre hielo, y no le hemos comprado una casa a mamá porque ni siquiera hemos terminado la licenciatura.

Lo peor de todo sería tener que explicarle a esa niña de ojos alegres por qué no hemos hecho nada de todo lo que ella soñaba, contarle que su perrita ya no está y que tengo mil dudas de haberle dado la mitad de todos los cuidados que se merecía. Sé que frunciría el sueño con confusión si le dijera que pasamos de sentirnos guapísimas como Madonna a matar nuestro cuerpo de hambre sólo para gustarle a un chico que no mostró ni un 10% de interés por conocernos. Sé que rompería en llanto si le dijera que, en la búsqueda de nuestro príncipe azul, nos topamos con un hombre que nos escupió en la cara mientras esperábamos desde el suelo una patada suya más. Sé que no me perdonaría si le confesara que nosotras mismas le fallamos a la fidelidad.

¿Karitas comprendería que, al final, hayamos escogido Psicología en vez de Artes Escénicas o Música? ¿Se sentiría por lo menos un poquito menos decepcionada si supiera que hemos amado y nos han amado muy profundamente, y que el amor es mejor en la vida real que en las películas de Disney? ¿Me perdonaría si supiera que hay alguien que nos lee, aunque escribamos bastante mal en un sencillo blog, y que todos los días nos levantamos a trabajar pensando en la casita para mamá? 

Quiero creer que ella comprendería que he hecho las cosas lo mejor que he podido, pero no puedo engañarme a mí misma pensando que fue suficiente...que está bien vivir persiguiendo estrellas fugaces, amasando y estirando arcilla sin nunca darle una forma definitiva. 

Quiero ser real: no quiero que mi boca pronuncie promesas que no va a cumplir, no quiero ser una sonámbula que finge estar despierta, no quiero ser llevada por la inercia. Quiero saber que Karitas estaría orgullosa de mí si viajara a través de espacio-tiempo al observarme y pronto ver que en la música que salga de mis manos y mis pies está toda la magia que aplaudíamos en otras personas; que aún sin alianzas reina el amor y la lealtad en mi vida; que las palabras no sólo crean fantasía para escapar, sino que son un vehículo para sanar a otras personas y construir un mundo mejor; que en cada plato sin carne hay un pequeño Palacio Rosa. 




 




sábado, 8 de marzo de 2025

Por si aún me escuchas

 Querida Hanna:

Por fin me dí un ratito para extrañarte, para pensarte.

Los últimos meses había sido más "fácil" evadirme, perderme en cosas tontas...que, de hecho, me quitaron tiempo contigo cuando todavía estabas. 

Es que es muy doloroso que ya no estés.

Me siento rara caminando por las calles cercanas a la casa porque ya no está tu sombra al lado de la mía en ellas, ya no está tu reflejo al lado de mí en los portones de cristal...ya no estás olfateando el pasto ni haciéndote la ruda frente a otros perros...

Y llegar a casa duele, porque ya no están tus ladridos para alegrar al silencio.

Sí, ya no te sientas en mi cojín, en mi tapete de yoga justo cuando quiero hacer ejercicio. Ya no estás ladrando justo cuando intento hablar por teléfono. Ya no estás con tus ojitos, pidiendo que te saque a pasear cuando regreso del trabajo cansada, con ganas de sólo quedarme acostada. Y es irónico, los humanos somos muy irónicos, porque ahora tengo todo el tiempo del mundo para quedarme acostada o para hacer ejercicio, pero ya ni siquiera quiero hacerlo...veo el tapete y me acuerdo de ti, y me pregunto por qué no rompí mis reglas...

Por qué no me dormí en el suelo, si tú ya no podías en la cama

Por qué no te compré desde antes esas croquetas especiales para evitar que enfermaras

Pensarte significa extrañarte... significa pensar en que poco a poco voy olvidando la textura de tus huellitas, de tu pelito...tu aroma tan característico, tu aroma a Hanna.

Pensarte implica pensar en todos los hubieras, todo lo que pude haber hecho para cuidarte mejor...no para que estuvieras más tiempo, porque yo sé que estuviste todo el que podías, sino para hacerte más feliz. 

Pensarte implica ver un destello de ti en otros perritos y saber que aún así, ninguno será como tú, nadie será mi Hanna

Si hay un cielo y estás ahí y me estás escuchando: perdóname por todo

Perdóname por no valorar tu presencia por encima de la de personas que ni siquiera valían la pena Perdóname por no protegerte del dolor

Y perdóname por tratar de no pensarte.





lunes, 3 de marzo de 2025

La hipersexualización como falso empoderamiento

 

A las neo feministas se nos cuestiona mucho si el fin justifica los medios, si la iconoclasia es reapropiación o destrucción de los espacios. Pero hoy quiero poner sobre la mesa otra pregunta, a mi parecer, más importante: ¿Estamos logrando que las mujeres sean dueñas de su espacio más privado, es decir, su propio cuerpo?

Es preocupante que muchas mujeres sean acosadas en la caja de comentarios al compartir vídeos amamantando en sus redes sociales. Algunos usuarios incluso roban y suben estos momentos de ternura e intimidad entre una madre y su bebé a páginas pornográficas. Lo más frustrante de esta situación es que muchas de las madres que suben este tipo de videos lo hacen con la intención de normalizar la lactancia, para poder alimentar a sus hijos en espacios públicos sin ser sexualizadas o agredidas. 

Esto demuestra que la sociedad sigue sin priorizar el bienestar de las mujeres, y en lo personal, me hace responsabilizar a la hipersexualización. Es triste que, lo que se considera más icónico de Sabrina Carpenter es su vestuario (baby dolls) y sus canciones hablando de sexo, por encima de otros aspectos mucho más valiosos de su persona y su personaje público. Y es intrigante por qué se aplaude que las mujeres vendan su imagen por OnlyFans, lo cual aun siendo virtual es prostitución...tal vez una mejor pagada y menos riesgosa, pero igual sumamente costosa para la salud mental de las mujeres. 

¿Es verdad que las mujeres somos dueñas de nuestro cuerpo y de nuestra imagen, cuando muchas niñas son llevadas por sus mismas madres a concursos de belleza donde las obligan a vestir y actuar de forma sugerente? ¿Somos dueñas de nuestro cuerpo y nuestra imagen, cuando aún en algunos empleos las mujeres están forzadas a usar maquillaje y usar prendas que ni siquiera son cómodas para hacer su trabajo? ¿Somos sororas con otras mujeres cuando vemos pornografía machista o usamos en el role play trajecitos de enfermeras, policías, secretarias, o peor aún, de colegialas? ¿Somos consumidores responsables cuando le hacemos ganar dinero a los artistas que muestran el acoso callejero como algo deseable? ¿Exigimos lo suficiente a las autoridades el aborto legal, gratuito y seguro? 

Creo que conviene repensar qué tan necesario y conveniente es exhibir nuestra sexualidad, y utilizo la palabra "exhibir" que contiene una connotación negativa porque es diferente vivirla con responsabilidad, disfrutarla, y educar al respecto; y otra muy diferente es que las mismas neo feministas llamemos empoderamiento al monetizar con ella a cambio de nuestro bienestar o le aplaudamos a la industria del entretenimiento por objetivizar a las mujeres.  

En una sociedad donde no existieran los pederastas y otros depredadores sexuales quizás sería más viable que las mujeres se empoderen mostrando su cuerpo (y ojalá lo hicieran no sólo cuando este encaja con los estándares de belleza hegemónicos) como una extensión de su personalidad y como su vehículo para experimentar la vida, como una herramienta de expresión de la diversidad y resistencia para protestar; pero hasta que ese día llegue, seamos conscientes y cuidadosos de todas las consecuencias que conlleva mostrar nuestro cuerpo. Contribuyamos a la seguridad y bienestar de las mujeres a través de decisiones conscientes, hoy y siempre. Queda muchísimo trabajo por hacer y nos compete a todos y todas.



Lo más preciado que tengo

Te amo con la verdad que arde,  con la llama que aún no aprende a pedir permiso.  Siempre atesoraré lo que vivimos. El primer beso que te dí...